- Filo: Chordata
- Clase: Sauropsida
Las serpientes son depredadores formidables y muy evolucionados. Aunque carecen de extremidades, párpados y pabellones auditivos externos, estos versátiles animales se desplazan con facilidad y encuentran a sus presas utilizando sofisticados sentidos. Sus sentidos de la vista y el oído son muy deficientes.
Un desarrollado sentido del olfato está complementado por el órgano de Jacobson, y cuando están activas, hacen constantes movimientos de su lengua bifurcada (que se extiende a través de una ranura de la mandíbula superior) hacia adentro y hacia afuera, para inspeccionar su entorno.
La pitón de Seba o pitón africana de roca se encuentra en el África subsahariana. Es la serpiente más grande de África y una de las más grandes del mundo, con un tamaño similar a la pitón india (Python molurus).
Habita en la sabana, donde encuentra plantas altas para agazaparse y árboles donde trepar, en general cerca de cursos de agua y en los márgenes de los bosques.
Se trata de una serpiente constrictora de unos 5 m de longitud como promedio, aunque puede alcanzar los 7 m y los 110 kg de peso. Se tiene constancia de un ejemplar que medía 9,81 m. Los machos son más largos y corpulentos que las hembras.
Las pitones de Seba disponen de unas pequeñas fosetas termo-receptoras en las escamas de alrededor de la boca (entre el ojo y la fosa nasal), que les permiten detectar el calor de sus presas; detectan cualquier variación de temperatura en su entorno.
Esta serpiente tiene una cabeza muy robusta y totalmente cubierta de escamas, con una mancha oscura en forma de flecha. Su color es pardo pálido en su parte dorsal, con franjas oscuras transversales, bordeadas de negro. La parte superior de la cola presenta una raya clara entre dos franjas negras. En la parte inferior tiene manchas y punteados de color pardo oscuro. El aspecto es viscoso, pero el tacto es seco y suave.
Cada ojo está cubierto por una escama transparente denominada «lente o gafa», que el animal reemplaza cuando muda la piel. Los órganos internos se han modificado para adecuarse a su cuerpo alargado. Los órganos pares cuelgan dentro de la cavidad corporal, y sólo un pulmón puede ser funcional, ya que el otro es de tamaño reducido.
Es de hábitos terrestres principalmente, aunque suele sumergirse en el agua para acechar a sus presas. Se alimenta principalmente de roedores, aves terrícolas, antílopes y cerdos. Se tiene constancia de que puede engullir impalas de hasta 60 kg y también leopardos.
Tras la ingestión de una presa de gran tamaño, la pitón de Seba puede pasar cerca de un año sin necesidad de comer. Traga las presas enteras. A pesar de que no puede masticar la comida, los huesos de su cráneo son livianos, la piel es muy elástica y posee articulaciones sueltas, de modo que puede separar las mandíbulas ampliamente y de esta manera tragar la presa completa.
Después de tragar la presa en su totalidad, la serpiente busca un lugar tranquilo donde digerir la comida, es entonces cuando se muestra especialmente vulnerable a los depredadores, como las hienas y los licaones.
Su mordedura carece de veneno, mata a sus presas por medio de la sofocación (constricción). Ataca a la cabeza de la víctima con sus dientes poderosos y aserrados hacia atrás, y luego se enrolla alrededor de ésta hasta asfixiarla. Cada vez que la víctima respira, la pitón de roca aprieta sus anillos hasta que la respiración de la presa se detiene.
Como otras serpientes, prefiere huir que atacar, pero se muestra bastante agresiva si se siente acorralada, pudiendo infringir heridas dolorosas con sus grandes dientes curvados; dichas heridas pueden infectarse con facilidad.
Estiva en los períodos secos del año y depende en gran medida del agua.
Para poner los huevos la hembra busca una madriguera desocupada de algún animal, o el hueco de un árbol. La puesta puede contener más de 100 huevos (en el caso de las hembras muy grandes) casi del tamaño de una pelota de tenis. La hembra incrementa la temperatura de los huevos en el nido envolviéndose a su alrededor, así los protege durante los dos o tres meses que tardarán en eclosionar. Los jóvenes miden unos 60 centímetros cuando nacen y sus colores son más brillantes que los de los adultos. Alcanzarán la madurez sexual entre los tres y los cinco años.
Debido a que no se encuentra en peligro de extinción ni tampoco amenazada, está permitida la comercialización de esta serpiente.
Como animal doméstico es fácil de alimentar y se vuelve bastante dócil, pero puede morder si está hambrienta. Aunque sus proporciones son descomunales, en cautiverio no representa una amenaza para el hombre.