- Filo: Chordata.
- Clase: Mammaria.
Es caracal, anteriormente clasificado científicamente como Lynx caracal, es también conocido como «lince del desierto» a causa de su árido hábitat de matorrales.
Es de color castaño o rojizo, si bien ocasionalmente aparecen ejemplares negros (melánicos), como sucede con otras especies felinas. Su complexión es robusta, la cola no es muy larga (menos de 30 cm) y el pelaje muy corto, sin manchas ni rayas de ningún tipo. El vientre es blanco. Las orejas son largas y puntiagudas, negruzcas por fuera y terminadas en un largo pincel de pelos negros.
Vive en las sabanas y semidesiertos de África y el oeste de Asia, desde Turquía al sur de Kazajistán y el noroeste de la India. Evita las zonas excesivamente boscosas. No se conoce mucho sobre su biología, pero parece que prefiere moverse de noche, descansando durante el día escondido entre las rocas.
Es conocido por su habilidad para dar saltos de hasta 3 metros en forma vertical, y por abatir pájaros en pleno vuelo con sus zarpas. En otras ocasiones ataca a las aves mientras anidan, aunque lo hagan en la copa de los árboles, pues el caracal trepa bastante bien. Al parecer, ni siquiera las águilas escapan a sus ataques.
Este félido puede saltar hacia arriba como un resorte desde su posición de parado, logrando dos metros, y más, de altura en su salto. Pero no es tanto la altura del salto lo que impresiona, como su agilidad cuando está en el aire. En tiempos no muy remotos, se soltaba un caracal domesticado a las palomas cuando éstas estaban comiendo; entonces se hacían apuestas a ver cuántas palomas podía derribar el animal en un salto, lo cual, si el caracal era bueno y estaba bien adiestrado, podía llegar a ser un número de dos cifras.
Su alimentación consiste principalmente en roedores, damanes, liebres, antílopes pequeños, aves de corral y cierto tipo de ganado.
Este felino americano de tamaño medio (entre 60 y 92 cm de largo, sin incluir la cola, con un peso de entre 8 y 23 kg), es parecido al serval, pero se encuentra en las regiones mucho más áridas.
A esta especie se la conoce también como «lince» caracal debido a los largos penachos que presenta en las orejas, similares a los del lince europeo, ibérico, del Canadá y rojo, pero no está estrechamente emparentado con ellos. Los penachos de las orejas del caracal son mucho más largos y pronunciados que los de cualquier otro felino. Una teoría sostiene que los penachos de la punta de las orejas de los felinos les permiten oír mejor, sirviendo como de «antenas». Presumiblemente, si se le cortasen los penachos, el animal no oiría tan bien. Aunque se trata de una interesante teoría, probablemente los penachos tengan poco que ver con facilitar al felino una mejor audición.
Los caracales parecen usar los penachos para acentuar las expresiones faciales. Se «golpean con las orejas» el uno al otro como una suave amenaza.
Son animales solitarios, excepto en la época de reproducción. Tras una gestación de entre 69 y 81 días, las hembras dan a luz de 1 a 6 crías, aunque habitualmente son 3. Una vez que una hembra entra en celo, busca un macho, si es posible más de uno. Como en la mayoría de los otros félidos, el papel del macho en la reproducción de la especie termina una vez fecundada la hembra. La madre por sí sola se encarga de buscar un lugar donde tener los cachorros, de cuidarlos mientras son pequeños y más tarde de enseñarles a cazar y sobrevivir.
En algunas partes de su distribución, el caracal aparenta criar todo el año, en otras partes los cachorros nacen durante la primavera. Nacen con los ojos cerrados, abriéndolos del cuarto al décimo día tras su nacimiento. Abandonan la compañía de la madre cuando tienen de nueve a diez meses. Aparentemente los machos se dispersan a zonas no muy cercanas del área de acción de la madre, mientras que las hembras permanecen en el mismo área o no muy lejos. Tanto los machos como las hembras son adultos al año de edad y pueden criar unos meses después.
En cautividad viven 17 años, incluso a veces 19.
En algunos lugares las hembras defienden de otras hembras de la especie un área de acción. Los machos también se mantienen en un área de acción, que usualmente es más extenso que el de las hembras, y no tan bien defendido. Tanto los machos como las hembras marcan su presencia con orina.
Esta especie es primordialmente terrestre, sin embargo, puede trepar a los árboles, y lo hace cuando desea esconderse.
Al igual que los servales, los caracales son bastante comunes en los zoológicos y como ellos, parecen reproducirse fácilmente en cautividad.
Los caracales se domestican con facilidad, razón por la que su agilidad y velocidad han sido aprovechadas para la caza en distintas épocas en Egipto, Persia y la India. Lamentablemente, el propio caracal se ha considerado también durante mucho tiempo como una valiosa presa, razón por la cual ha sido cazado desde tiempos muy antiguos. Actualmente están protegidos en algunas zonas de su área de distribución, aunque la especie en conjunto no se encuentra amenazada. Sólo la subespecie de Asia central (Caracal caracal schmitzi) corre verdadero peligro.
En algunos lugares se considera al caracal un problema debido a que mata a los animales domésticos; lo cual da licencia para que sea perseguido por los hombres y sus rifles.