Gran kudú o kudú mayor


  • Filo: Chordata
  • Clase: Mammalia

El gran kudú macho es uno de los antílopes más altos y de cuernos más largos. Una crin más clara que el pelaje del cuerpo se levanta sobre la espina dorsal de la nuca a la cola, y una melena en hilera, larga y angosta, de base negruzca y puntas blancas, crece en el centro de cuello y pecho. Como miembro del género Tragelaphus, presenta un claro dimorfismo sexual.
 
Los cuernos, en V, curvados con dos o tres giros en espiral, miden en promedio 1,7 metros. Los cuernos no comienzan a crecer hasta los 6-12 meses de edad, completando la primera vuelta a los 2 años, y no alcanzando las dos vueltas y media hasta los 6.
Es un antílope africano de gran tamaño, que habita sabanas y bosques abiertos (especialmente espinosos) del África austral y oriental. Prefiere los lugares resguardados al campo abierto, y en la estación seca, casi siempre se encuentra cerca de los ríos, donde la vegetación es más abundante.
 
   

 
Es el tercer antílope en cuanto a tamaño, solamente superado por las dos especies del género Taurotragus. Mide en promedio 2,20 m de longitud y 1,50 m de altura, y posee una cola de 45 cm de largo. El peso promedio es de 320 kg para los machos y 220 kg en las hembras.
 
Estos animales de cuerpo angosto y patas largas, presentan una coloración en ambos sexos roja o marrón, con un matiz gris; poseen entre 6 y 10 franjas blancas en el cuerpo, destacando especialmente la característica familiar de la mancha blanca debajo de los ojos que tienen todos los antílopes, y que se denomina «jeroglíficos». La cabeza es más oscura. El manto les permite esconderse con facilidad en el terreno, y camuflarse con el entorno vegetal con enorme facilidad. Estos antílopes buscan mejor la defensa en su quietud, buscando la sombra de arbustos y matorrales, donde pasan desapercibidos, antes que ponerse a correr.
 
Son animales que siempre están alerta y que poseen un oído extraordinario, acompañado de unas enormes orejas que funcionan como increíbles antenas receptoras de sonidos, lo que les proporciona una extraordinaria capacidad auditiva. Su vista, aunque no es muy buena, les permite distinguir dentro de la maleza y entre las ramas el movimiento de las sombras con enorme facilidad.
 
Tienen hábitos nocturnos y se alimentan de hojas, ramas tiernas, flores, frutas, hierbas y tubérculos.
 
A la carrera no son demasiado resistentes, pero son magníficos saltadores, pudiendo alcanzar hasta los dos metros de altura. Al correr lo hacen de forma pesada y parecen faltos de agilidad, pero desarrollan gran velocidad.
 
Los machos tienen una vocalización más variada, que consiste en gruñidos bajos, zumbidos, cloqueos y jadeos.
 
Las hembras forman grupos de hasta 6 ejemplares, al igual que los machos, excepto cuando compiten durante la temporada de reproducción. El rebaño puede abarcar extensiones de 6-7 km, y pasar un 54% del tiempo buscando alimento.
 
Los machos maduros a menudo luchan entre ellos con sus cuernos entrelazados, hasta que uno admite la derrota. En circunstancias excepcionales, estas luchas pueden dar lugar a que los rivales sean incapaces de liberarse de los cuernos del otro, lo que resulta por lo general en la muerte de los animales.
 
La temporada de apareamiento se produce al final de la temporada de lluvias, que puede oscilar ligeramente en función de la región y el clima. Antes del apareamiento, hay un ritual de cortejo. El macho se mantiene en las proximidades de la hembra emitiendo una llamada de tono bajo, hasta que la hembra le permite copular con ella. La gestación dura alrededor de 240 días (ocho meses). La época de parto generalmente comienza entre febrero y marzo, cuando la hierba tiende a estar más alta. Normalmente dan a luz una sola cría, aunque en ocasiones pueden ser dos. Durante las primeras dos semanas de vida del becerro, éste permanecerá oculto de los predadores. A partir de las cuatro o cinco semanas, acompañan a la manada durante el día. Los machos son autosuficientes a los 6 meses de edad, las hembras entre los 1 y 2 años. Alcanzan la madurez sexual entre los 1 y los 3 años de edad.
 
Pueden vivir hasta 20 años cuando se mantienen en cautiverio.
 
   

 
Se han descrito las siguientes subespecies:
 
- Tragelaphus strepsiceros strepsiceros
- Tragelaphus strepsiceros bea
 - Tragelaphus strepsiceros burlacei
- Tragelaphus strepsiceros chora
- Tragelaphus strepsiceros zambesiensis
 
Durante muchos años, el gran kudú fue presa de los cazadores, para quienes representaba una fuente de carne y uno de los mejores trofeos que se podían capturar en el África salvaje. A pesar de ser una de las presas principales de los leones, los leopardos, los licaones y las hienas manchadas, la población de kudús sigue creciendo.
 
Este antílope no rehúye los asentamientos humanos y se ha convertido en una especie de plaga, ya que destroza las cosechas y se come la fruta, las flores y las hierbas aromáticas.
 
El gran kudú está clasificado como de «Preocupación Menor» (LC) en la Lista Roja de la UICN.