- Filo: Chordata
- Clase: Aves
Los tejedores reciben su nombre por su peculiar estilo a la hora de construir los nidos: los machos reproductores confeccionan nidos que son de los más complejos en el mundo animal, caracterizados por estar tejidos de hebras de hierba y otros materiales vegetales. Algunos son estructuras comunales extraordinarias, cuya construcción exige un alto grado de cooperación social. La mayoría de los tejedores construyen nidos de un diseño que es diferente en cada especie. Difieren principalmente en su tamaño, los materiales empleados, el trabajo del trenzado y la longitud del tubo de entrada.
El quelea común, nativo de buena parte del África Subsahariana, es la especie de ave más abundante del mundo (excluidas las domésticas), con una población estimada de 1.500 millones de individuos.
Viven en regiones esteparias, sabanas, zonas de matorrales y pastizales.
El quelea común crece hasta cerca de 12,5 cm de longitud, y alcanza un peso de entre 15 y 20 gramos. Durante la reproducción el macho se distingue por su plumaje más colorido y por el pico rojo. De modo inusual, el plumaje de reproducción del quelea macho es variable: comprendidas la máscara facial, que va del negro al blanco, y el pecho y la coronilla, que varían del amarillento al rojo brillante.
El enormemente móvil quelea de pico rojo, vaga por amplias zonas de la sabana africana en grandes bandadas, siguiendo el rastro de los frentes lluviosos intertropicales que producen los cultivos de las semillas frescas y los pequeños insectos que necesitan para la cría. Se detienen brevemente para anidar, y están muy sincronizadas, dispuestas para partir sólo seis semanas después de poner el primer huevo. Esto se debe en parte a que tienen el menor periodo de incubación de todas las aves.
El quelea de pico rojo, vive en bandadas tan masivas, a veces de millones de ejemplares, que se ha ganado el apodo de «ave langosta». Anida en colonias que cubren hasta 100 hectáreas y contienen más individuos que ninguna otra colonia aviar del mundo. Las bandadas son tan grandes que, pasando en vuelo por un lugar, pueden verse hasta durante 5 horas.
En África se les considera una plaga, pues causan serios daños a los cultivos, y a menudo son comparados con las langostas cuando caen sobre los campos de grano y arroz. Parecen beber por lo menos dos veces al día. Pueden recorrer grandes distancias diariamente sin necesidad de descanso.
Estas aves suelen vivir de dos a tres años. Su alimento consiste en semillas de hierbas y granos. Tan pronto el sol se asoma, se juntan las bandadas y cooperan en la búsqueda de un lugar de alimentación adecuado. Una vez hallado, se establecen rápidamente. Hacia el mediodía descansan en áreas sombreadas cercanas al agua, y pasan el tiempo acicalándose. Por la tarde vuelan nuevamente en busca de alimento.
Son monógamos y muy coloniales. También son territoriales, pero únicamente defienden las inmediaciones de su nido. Construyen sus nidos juntos, a menudo varios en una rama. Los machos tejen un nido pequeño y lo usan como una forma de exhibición para seducir a las hembras receptivas.
Las colonias pueden ser encontradas cerca de cuerpos de agua. La estación reproductiva comienza con las lluvias estacionales, que llegan en tiempos diferentes en las distintas partes de su área de distribución, comenzando por el noroeste alrededor de principios de noviembre.
Los machos reproductores primero tejen con hierbas y paja un nido ovoide que dejan incompleto. Una vez que la hembra ha examinado la construcción, y el apareamiento se ha producido, ambos miembros de la pareja concluyen el tejido del nido. La hembra pone de dos a cuatro huevos de color azul claro, y los incuba durante doce días. Al nacer los pichones son alimentados durante algunos días con orugas e insectos, ricos en proteínas. Luego los padres les cambian la alimentación, proporcionándoles principalmente semillas. Los jóvenes empluman y se independizan después de aproximadamente dos semanas. Los descendientes están listos para criar antes del año de vida, presentando los machos reproductores distintos colores según los tonos de la cabeza y la extensión de la máscara facial negra, y las hembras el pico amarillo en lugar de rojo. Muchas hembras mueren antes de alcanzar la madurez, dejando a muchos machos sin posibilidad de pareja.
Entre sus depredadores habituales se incluyen las garzas, cigüeñas, rapaces, búhos, cálaos, rodillos, martines pescadores, alcaudones y córvidos. También las serpientes, lagartos y varios tipos de mamíferos, especialmente roedores y carnívoros pequeños.
No se encuentran amenazados, de hecho, son tan abundantes que son tratados como una plaga y millones de ejemplares son sacrificados cada año mediante el uso de explosivos en sus lugares de cobijo y la fumigación aérea, pero incluso estas actuaciones no tienen ningún efecto a largo plazo sobre las poblaciones del quelea común.