Ganga de cara negra


  • Filo: Chordata
  • Clase: Aves

Estas aves de intrincados diseños, pasan gran parte del tiempo en el suelo, donde se mimetizan bien y se camuflan perfectamente para fundirse con su hábitat en regiones de sabana árida, pastos secos desérticos y semidesérticos, y praderas de arbustos. Rara vez se las ve, salvo cuando se reúnen en grupos de decenas, centenares o miles de individuos, que vuelven a las charcas para beber temprano por la mañana o al atardecer. Las gangas necesitan beber cada 2-3 días, tal vez un día sí y uno no, o incluso dos veces diarias en tiempo cálido.
 
Aunque se parecen al gallo de bosque o urogallo y a las palomas, su semejanza es sólo superficial.
 
La ganga de cara negra presenta un plumaje moteado. Su plumaje es denso, con el cuerpo cubierto completamente de una gruesa capa subyacente de plumón oscuro. Es una característica poco frecuente, ya que la mayoría de las demás especies de aves, poseen líneas diferenciadas de plumas en el cuerpo, separadas por zonas de piel desnuda. Este plumón aísla a las gangas de las temperaturas extremas que se dan en su hábitat entre el día y la noche, y entre el invierno y el verano. Incluso la base del pico tiene plumas para proteger las narices de la arena y el polvo que levanta el viento.
 
   

 
Los tonos del plumaje son principalmente apagados, amarillentos, ocres o pardos, con una característica marca negra en la base del pico y parte del cuello. Los machos suelen presentar cintas o manchas, con bandas negras, blancas o castañas en el pecho. Las hembras son generalmente ocres o amarillentas, con franjas y cintas negras. Este dimorfismo sexual es acusado e invariable. Las plumas centrales de la cola son muy largas.
 
Al igual que el urogallo, posee una cabeza pequeña, cuerpo rechoncho y plumas en sus patas. El cuello es grueso y las patas cortas. Pese a sus patas cortas y emplumadas, las gangas pueden andar y correr bien. Las patas están provistas de 3 dedos delanteros anchos y robustos que distribuyen uniformemente el peso y les permiten caminar con eficacia sobre la arena suelta. Está presente el dedo trasero, pero es muy pequeño, apenas levantado del nivel del suelo, y sólo la parte delantera de los tarsianos está emplumada.
 
Alcanzan una longitud de 25-48 cm y un peso de 150-650 gramos.
 
Emiten llamadas suaves, silbantes o entrecortadas en frases de dos o más sílabas, normalmente mientras vuelan, que son muy características de esta especie.
 
Se alimentan principalmente de pequeñas semillas con un contenido en proteínas relativamente alto (en particular leguminosas) y un bajo contenido en agua (menos del 10% como norma). Toman la comida mientras andan a pasos cortos, picoteando frecuentemente con su corto pico de color anaranjado. Tragan arena para romper las semillas en la molleja. También comen pequeños bulbos, hojas verdes, bayas e incluso insectos (termitas y hormigas) y pequeños moluscos, sobre todo en la temporada de cría.
 
Se alimentan durante la mayor parte de las horas de sol, y sólo descansan en el calor extremo del mediodía en verano, por lo común a la sombra de un arbusto.
 
Pueden volar unos 80 km hasta llegar al agua, a una velocidad de unos 70 km/h. Estas aves cantan mientras vuelan camino de las charcas de agua. Cuando alcanzan tierra van corriendo velozmente hasta el agua, ingiriendo unos diez tragos y levantando la cabeza tras cada uno de ellos. Esta tarea puede llevarles unos 10 o 15 segundos, pero si están presentes los dos miembros de la pareja, el primero en terminar espera al otro antes de reemprender el vuelo. Las gangas no beben, por lo general, aguas con un contenido en sales superior al 40%, ya que sus riñones están débilmente adaptados a la excreción de altas concentraciones salinas. Además, a diferencia de la mayoría de aves de litoral, carecen de una glándula salina para excretar el exceso de sal.
 
A altas temperaturas (por encima de los 37 grados), las gangas suelen permanecer inactivas, buscan la sombra y dejan de comer, agachando las alas y separándolas bien del cuerpo para aumentar la pérdida de calor. Por la tarde, las aves pueden bañarse en polvo y preparan hoyos en el suelo para descansar, que pueden usar durante varias noches seguidas.
 
Viven en una misma zona todo el año o son «nómadas», en el sentido de que vagan por ámbitos extensos dependiendo de la disponibilidad de agua y alimento en su árido e impredecible hábitat.
 
Estas aves son monógamas, pero no muy territoriales, de manera que pueden formar pequeñas colonias. El cortejo implica bailes levantando la cola o agachando la cabeza, semejantes a las exhibiciones de amenaza. La hembra empolla normalmente durante el día y el macho por la noche. Los huevos han de tolerar temperaturas relativamente altas, ya que en el suelo, éstas pueden alcanzar los 50 grados.
 
Construyen sus nidos haciendo un simple hoyo en terreno abierto o en un arbusto, piedra o mata de hierba, a veces cubierto escasamente con pedazos de plantas secas o con piedrecitas. Los huevos son alargados y redondeados uniformemente en ambos lados; color crema claro, grisáceo, con manchas, puntos o moteados marrones y grises. El periodo de incubación es de 21-31 días, la permanencia en el nido es de cuatro semanas.
 
Los pollos cubiertos de plumón dejan el nido en cuanto el último en eclosionar está seco. No son alimentados por los padres y empiezan a comer pequeñas semillas horas después de salir del cascarón. Los movimientos de picoteo de la madre les indican dónde están las semillas. Aunque el número de huevos suele ser de tres, por lo general uno de los pollos muere pronto.
 
Las crías revolotean al cabo de unas cuatro semanas, pero reciben el agua del padre durante al menos otro mes más, cuando ya vuelan lo suficiente para acompañar a sus progenitores hasta la charca. Las plumas ventrales del macho poseen una estructura única que les permite retener cantidades relativamente grandes de agua en sus superficies internas, donde la evaporación es mínima. Las bárbulas de la parte central de cada pluma ventral están arrolladas en hélice cuando permanecen secas, y se ajustan al estandarte de la pluma, fuertemente enrolladas para dar a la pluma su cohesión estructural. Al mojarse, las bárbulas se desenrollan y pasan a formar un ángulo recto con el estandarte, constituyendo un denso lecho de pelo de 1 mm. de profundidad, que retiene el agua como una esponja. Emplean este mecanismo de transporte del agua, así se evita que el macho pudiera agotar sus aportes internos de agua, como sucedería si tuviera que regurgitarla del buche para dar de beber a los pollos.
 
En temporada de cría, los adultos vuelan al agua por separado, primero la madre y después el padre, de manera que los pollos no quedan sin vigilancia hasta que tienen unas tres semanas. Los pollos alcanzan la madurez  sexual al cabo de un año.
 
Las gangas son vulnerables a la predación por su costumbre de descender en grandes bandadas para beber en las charcas en horas predecibles de la mañana o del atardecer. Se cuentan entre las presas favoritas de las rapaces, sobre todo del halcón borní (Falco biarmicus), que caza principalmente en las charcas, así como de mamíferos carnívoros como zorros, chacales y mangostas, a las que son especialmente vulnerables cuando anidan. Los pollos están expuestos, asimismo, a las aves depredadoras, como cernícalos y cuervos.
 

   

 
 
Ya no son tan demandadas para la caza como antaño. Las deficientes prácticas agrícolas, agravadas por la sequía, pueden estar ampliando la extensión de su hábitat. Las condiciones para la ganga han mejorado indudablemente gracias a la actividad humana, por lo que no se consideran amenazadas.
 
Se conocen tres subespecies:
 
- P. d. decoratus – Sureste de Kenya y este de Tanzania
- P. d. ellenbecki – Noreste de Uganda y norte Kenya, Etiopía y Somalia
- P. d. loveridgei – Oeste de Kenya y Oeste de Tanzania