Tabano



Reino: Animalia son animales
Filo: Arthropoda
Clase: Insecta
Subclase: Pterygota
Infraclase: Neoptera
Superorden: Endopterygota
Orden: Diptera
Suborden: Brachycera
Infraorden: Orthorrhapha
Superfamilia: Tabanomorpha

Los tabánidos (Tabanidae) son una familia de dípteros braquíceros comúnmente conocidos como tábanos que, como el resto de los dípteros, sólo tienen dos alas funcionales, las anteriores. Las alas posteriores han sido transformadas en halterios o balancines, apéndices que ayudan al control del vuelo, lo que les permite volar muy activa y eficazmente, alcanzando los 30 kilómetros por hora en vuelo recto, en particular los tábanos de pradera (géneros Tabanus, Hybomitra, Chlorotabanus, etc.), más que los de hábitats forestales, como Chrysops.
Esta familia posee 4500 especies alrededor del mundo, de las cuales 1000 pertenecen al género Tabanus. De acuerdo con el catálogo de Tabanidae Neotropical realizado en 1994, 1172 especies y subespecies se han descrito en la Región Neotropical y las larvas se conocen sólo el 4,1%. Aunque estudios más recientes del 2009 estiman un número de 1082 especies.
La familia Tabanidae se puede dividir en tres subfamilias reconocidas:
Chrysopsinae Blanchard, 1840
Pangoniinae Rondani, 1856
Tabaninae Rondani, 1856
el género Zophina es de posición incierta, pero ha sido clasificado en Pangoniinae.
Características[editar · editar código]

En los tabánidos existe un marcado dimorfismo sexual que afecta a dos aspectos de su anatomía. En primer lugar, las hembras presentan un aparato bucal picador-cortador más fuerte, en relación con un hábito hematófago no compartido con los machos. En segundo lugar, los machos son holópticos y las hembras dicópticas; en los primeros los ojos compuestos se juntan por arriba, cubriendo la parte superior de la cabeza; éste es un rasgo compartido con otras familias de moscas, como los sírfidos. los tábanos también te pueden causar muchos síntomas en donde te piquen como: mucha picazón en lo normal, se siente ardor,y caliente. para calmar esos síntomas es bueno el vaporu y el alcohol.



Impala


  • Filo: Chordata.
  • Clase: Mammalia, Artiodactyla.

El impala es un antílope de estatura mediana. Por su aspecto similar, anteriormente se situaba junto a las gacelas. A causa de nuevos conocimientos, hoy se clasifica con la familia de los antílopes africanos.

Este esbelto animal es famoso por sus grandes saltos, que pueden llegar a más de 10 m de longitud. Consigue una altura de hombro de 90 cm y un peso de 40 kg (hembra) a 65 kg (macho).

El lomo es de color marrón claro. El vientre, pecho, cuello y barbilla presentan una coloración blanca. En los cuartos traseros posee una línea vertical oscura y un penacho de pelo negro en las patas posteriores, por encima de las pezuñas. La cabeza es grácil, los ojos grandes y las orejas delgadas y afiladas. Sólo los machos presentan cuernos, que pueden llegar a medir hasta 90 cm de largo.


 

El impala come hierbas, hojas y semillas. Vive en bosques poco densos y en la sabana salpicada de árboles. Este animal, en lugar de quedarse en campo abierto, como lo hacen la mayoría de los antílopes que pastan, corre a ponerse a cubierto ante cualquier amenaza.

En las épocas de hambruna, es frecuente ver a los impalas seguir a las tropas de papiones para alimentarse de las hojas y frutos que estos tiran. También siguen a los elefantes, ya que al agitar los árboles para conseguir sus frutos, los paquidermos se dejan muchos sin recoger y es cuando aprovecha el impala para intervenir.

Durante la temporada de reproducción, por regla general, un macho vigila un grupo de hembras, caminando de un lado a otro, exponiendo sus cuernos, con las orejas ajustadas y la cola levantada.

La lucha de los machos por su harén se divide en tres series de combate: primero, el desafiador muestra su parte clara de vientre, bosteza y saca su lengua con rapidez. Después, como provocación al combate, niega la cabeza. En la segunda fase ambos rivales, colocados uno frente al otro, con las cabezas erguidas se acercan y se retiran. Si posteriormente ninguno de los dos se da por vencido, incrustan sus cuernos, se empujan hacia delante y hacia atrás, se separan y comienzan de nuevo, hasta que uno de los dos animales se rinde. Los combates entre impalas no suelen producirles heridas.

Las hembras viven con su cría en manadas de diez a cien animales. Es frecuente en la época de partos, ver a varias crías reunidas con un número muy pequeño de hembras. Estos grupos se conocen como «manadas de guardería». Unas pocas hembras vigilan a las crías mientras que las demás pastan. Aparte de estos grupos, también se forman manadas de machos jóvenes y adultos, que son demasiado débiles para defender un territorio. Los machos de mediana edad son solitarios y territoriales, y exigen para sí cada una de las hembras que pasan por su territorio.

El impala es el animal que menos duerme de todo el Reino Animal, apenas 3 horas al día, y suele tener una especie de alarma, la cual le determina, por ejemplo, a qué hora debe levantarse.

Para alertar a sus demás congéneres de la presencia de un depredador o de cualquier otro peligro, los impalas emplean una serie de señales visuales, acústicas y olfativas. Las señales visuales son las más conocidas de estos animales. La parte inferior de su cola es de un color blanco inmaculado. Cuando están alertas, alzan la cola mientras van dando una serie de saltos. El color blanco de ésta se puede divisar a varios metros de distancia, alertando a los demás animales de los alrededores. Las señales acústicas comprenden una serie de resoplidos, que recuerdan al disparo de un rifle. Cuando el depredador ha sido identificado, estos resoplidos resuenan por toda la sabana.

Por último, emplean las señales olfativas. Éstas son las menos conocidas. Las glándulas que los impalas portan en las patas, sueltan unas feromonas que indican la presencia de un depredador. Es probable que sea ésta la razón por la cual los impalas saltan dando «coces» al aire, como si estuviesen en una mecedora flotante. Al saltar de esta manera, consiguen que el olor se vaya expandiendo por las zonas de alrededor, alertando a la manada y al resto de animales de la presencia de un depredador. Esta cualidad puede ser debida a la costumbre que este antílope tiene de vivir en zonas arboladas y de vegetación espesa, donde las señales visuales no sirven en gran medida.

El impala es un antílope que vive en alerta constante, ya que es una pieza clave en el menú de cualquier depredador de gran tamaño de África. Sus principales depredadores son el leopardo, el guepardo, el licaón, el cocodrilo y la pitón. Los leones también cazan impalas frecuentemente, pero sobre todo durante las épocas secas, cuando presas más substanciosas (ñues y cebras) migran a otras zonas.

Las crías no sólo sufren estos depredadores, sino también papiones, chacales, hienas, águilas, caracales y rateles. Todo esto convierte al impala en una especie fundamental de su ecosistema.

El impala está considerado por la UICN como especie fuera de peligro. La subespecie de cara negra (A. m. petersi) está clasificada como «vulnerable», aunque su población va en aumento.

Gruiformes

El Orden Gruiformes es un grupo de aves bien variado y extenso. Entre estas aves tenemos a las grullas con su interesante y elegante danza nupcial.
Las Grullas y aves afines tienen las patas largas en proporción al cuerpo, adaptación que aprovechan para mantenerse caminando la mayor parte del tiempo. El nido lo construyen sobre la tierra o en plataformas.
                                                         
                                                          Grulla Coronada Cuelligrís


Grulla coronada cuelligrís


  • Filo: Chordata.
  • Clase: Aves.

Las grullas, de características piernas largas, y sus parientes, constituyen una variedad de aves que parecen diferentes en cuanto a apariencia física, pero que están relacionadas por aspectos de su anatomía interna, como la falta de buche en su sistema digestivo.

Además de la grulla propiamente dicha, este grupo incluye, entre otros, rascones y gallinetas acuáticas, avutardas, jacamines trompeteros y la tigana o pavito de agua.

Las grullas son las aves de los superlativos, no sólo porque pertenecen a uno de los grupos más antiguos, que se remontan al Paleoceno (hace unos 60 millones de años), sino que también son las de vida más larga, habiéndose registrado en los ejemplares en cautividad, índices de vida de 70 y 80 años. Por otra parte, son las más altas de las aves voladoras, que pueden llegar a medir hasta 1,8 m.

La grulla coronada cuelligrís o grulla real gris es fácil de identificar por su cresta o «corona» dorada, a la que debe su nombre, así como por su habilidad para posarse en los árboles, en los que pernocta, algo que otras grullas no pueden hacer. Son, desde el punto de vista evolutivo, las grullas más antiguas.

Tiene un plumaje gris oscuro, siendo más claro conforme se acerca a la cabeza. Las alas son blancas y al final tiene plumas de color dorado y marrón. La cabeza, negra y blanca, tiene unas bigoteras rosadas y ojos azules. Presentan una bolsa inflable en la garganta de color rojo brillante.

Mide aproximadamente 1 m de alto y pesa 3,5 kg, con una envergadura alar de dos metros. Los machos tienden a ser ligeramente más grandes.

Esta ave no migratoria, se encuentra tanto en tierras pantanosas como en campos cultivados de la sabana africana, al sur del Sáhara.

A diferencia de las grullas más acuáticas, la grulla real gris posee un pico gris relativamente corto, pero fuerte y versátil, con el que atrapan fácilmente los insectos, cogen las semillas de los tallos herbáceos y pacen entre la vegetación tierna, al modo de los gansos. El cuello y las  patas son largos, lo que les permite vadear entre las gramíneas, y los pies son grandes, delgados, adaptados para mantener el equilibrio durante la defensa o el agarre. Su presencia no pasa desapercibida debido a su grito chillón. Pocas llamadas en el mundo de las aves llegan tan lejos. La tráquea está alargada y forma una espiral dentro del esternón: la extensión del órgano amplifica así el sonido.

Vuelan con el cuello extendido hacia adelante, y también estiran las patas por detrás de su corta cola, aunque si el tiempo es frío, las doblan y las esconden bajo las plumas del pecho. Sus grandes manchas alares blancas sobre el plumaje gris, son visibles durante el vuelo y la exhibición.

Son animales omnívoros y oportunistas, que se han adaptado durante los últimos mil años aprendiendo a beneficiarse de los campos de cultivo. Mientras buscan alimento, caminan con pasos pesados para espantar a sus presas potenciales, y viajan con los mamíferos grandes para alimentarse de los insectos que saltan a causa de sus movimientos. Complementan su dieta con plantas, semillas, granos, ranas, gusanos, serpientes, peces pequeños y los huevos de los animales acuáticos.

Las parejas realizan una especie de «baile de cortejo» para exhibirse entre ellos, dando saltos y emitiendo un dúo de retumbante «llamada al unísono», durante el cual macho y hembra profieren sonidos sincronizados pero diferenciables, que pueden ser escuchados a varios kilómetros. Esta exhibición sirve para identificar el sexo de cada ejemplar, también para reforzar los vínculos de pareja y defender el territorio de cría. Las grullas son monógamas, y con el inicio de la primavera o la temporada de las lluvias, la pareja se retira a zonas de pasto aisladas, donde establece un territorio de cría que defiende con energía y que puede cubrir varios miles de hectáreas.

La puesta consiste en 4 o 5 huevos. El nido es una plataforma de hierba y otras plantas de la vegetación de humedales de altura. La incubación se realiza por ambos sexos y dura 28-31 días. La hembra empolla generalmente por la noche, y el macho lo hace durante el día. El ave que no está en el nido, se encarga de buscar el alimento. No inician la incubación hasta completar la nidada, de manera que todas las crías eclosionan a la vez. Los polluelos abandonan el nido a los 56-100 días. Los huevos son de color blanco sucio. Los polluelos son precoces, pueden valerse por sí mismos tan pronto salen del cascarón, y volar a las 10 semanas de vida.

La belleza y elegancia de estas aves es legendaria, lo que ha supuesto que sean reverenciadas por muchos pueblos indígenas. Por desgracia, se encuentran entre las más amenazadas de las aves del mundo: 9 de las 15 especies se encuentran actualmente en riesgo, y la responsabilidad recae por entero  en el género humano.

La grulla coronada cuelligrís es el ave nacional de Uganda y está presente en la bandera del país y el escudo de armas.

Sigue siendo común en la mayor parte de su área de distribución, pero se enfrenta a las amenazas a su hábitat debido al drenaje, el pastoreo excesivo y la contaminación por pesticidas. Su población mundial se estima entre 58.000 y 77.000 individuos. En 2012 pasó de la categoría de «Vulnerable» a «En Peligro» por la UICN.

Hiena manchada

  • Filo: Chordata
  • Clase: Mammalia
Si bien los miembros de la familia de las hienas y perros salvajes se parecen a los perros, en realidad están más relacionados con los felinos, civetas y jinetas, y se distinguen por tener una línea característica que se extiende desde los hombros hasta la cola. Las hienas y perros salvajes se encuentran principalmente en África (aun cuando la hiena rayada también se encuentra en regiones del sur de Asia), en hábitats de sabana, matorrales y semiáridos. Son principalmente nocturnas y cavan madrigueras que usan para proteger tanto a adultos como cachorros (excepto en el caso de la hiena manchada, en que sólo los cachorros buscan refugio en estos lugares).
 
   

 
La hiena manchada es la más grande entre estas especies; la hembra es un 10% más grande que el macho, y sus órganos sexuales externos son alargados, de modo que es difícil diferenciarlos de los del macho. En la época de celo, el orificio urogenital se ensancha, y el conducto y los tejidos circundantes se aflojan e hipertrofian, de modo que pueda darse la cópula y el parto.
 
Alcanzan una longitud de cabeza y cuerpo de 1,3 metros; la cola mite 25 cm; el peso oscila entre los 62 y 70 kg. Son muy resistentes, poseyendo un corazón muy grande, lo que les permite trotar a 10 km/h sin fatigarse. Corriendo, pueden alcanzar los 50 km/h durante más de 3 km. Son buenas nadadoras, capaces de controlar su inmersión y de caminar por el fondo de charcas mientras mantienen la respiración (apnea). Poseen una robusta constitución física, caracterizada por una potente musculatura, unos cuartos traseros mucho menos desarrollados que los delanteros, y un largo cuello terminado en una cabeza enormemente masiva. El diseño extremadamente robusto de los huesos y dientes de la mandíbula, la convierten en el carnívoro africano con el mordisco más poderoso.
 
La melena, que se extiende por el cuello y dorso de la hiena manchada, está invertida y erizada; es decir, los pelos van hacia delante y no hacia atrás, y permanecen erizados cuando está excitada. El manto es corto, de color arena a marrón grisáceo, y presenta manchas ovaladas e irregulares de color marrón oscuro que están ausentes en la cabeza, garganta y tórax y que se desvanecen con la edad. Las orejas son cortas y redondeadas. Tienen la cola tupida y garras cortas, romas y no retráctiles. Poseen 4 dedos en cada pie, tanto en las patas delanteras como en las traseras. La cola presenta un mechón de pelo largo y negro.
 
Tiene el hocico ancho y quijadas tremendamente fuertes, además de dientes especializados para triturar huesos. El olfato es uno de sus sentidos más importantes, sobre todo a la hora de reconocer a una hembra en celo o a los miembros de un mismo clan. Pero también tienen una vista y oído excelentes, especialmente adaptados para la cacería nocturna.
 
Son de hábitos principalmente nocturnos y crepusculares; salen a cazar con la caída del día y cuando llega el amanecer vuelven a sus madrigueras para protegerse del calor del sol. Suelen esconder su comida en el fango para cuando tienen hambre. Su buena memoria les permite recordar dónde la han dejado. Son animales extremadamente inteligentes, hasta el punto de que muchos expertos las consideran intelectualmente comparables a los osos e incluso a los simios.
 
El sistema social está dominado por la hembra, y se basa en clanes, los que varían de 5 o menos adultos y jóvenes en el desierto, hasta 50 o más individuos en la sabana, donde abundan las presas para esta especie. Son territoriales. El clan ocupa una madriguera comunitaria; usa letrinas también comunitarias, y defiende en conjunto su territorio, que es de 40 a 1.000 kilómetros cuadrados, delimitado por llamadas, demarcaciones odoríferas y patrullas de fronteras.
 

  
La hiena manchada emite muchos sonidos, incluso chillidos, para reagrupar la manada o ubicar a los cachorros, así como la famosa «risa» de hiena, que significa sumisión a un miembro más antiguo del clan.
 
Es un cazador poderoso; varios miembros de un clan pueden formar una manada y abatir una presa grande, como una cebra o u ñu azul adultos. Los grupos colaboran para aislar a un animal de una manada, a veces uno enfermo o endeble, y lo persiguen hasta matarlo. Los vencedores suelen luchar por el botín, ya sea entre ellos o contra otros animales poderosos, como los leones. Cuando caza sola, atrapa liebres, pájaros de tierra y peces en bajíos y pantanos; devora su alimento y es capaz de consumir hasta un tercio de su peso corporal en una sola comida. De las tres especies de hiena, la manchada es la cazadora más voraz; un grupo de éstas es capaz de ahuyentar a una leona de su presa; parece ser que la melena del león macho las intimida. También son eficientes carroñeras.
 
Todas las hienas están capacitadas para digerir partes de un cadáver que otros mamíferos no pueden procesar, como el pellejo y los huesos, por ejemplo, lo cual significa que ocupan un lugar no utilizado por ningún otro mamífero. Los restos de comida que no pueden digerir, como los ligamentos, el pelo y las pezuñas, son regurgitados en forma de bolitas.
 
La madre de la hiena manchada es la única responsable de la crianza de los cachorros; el macho no desempeña ningún papel aquí. El promedio de la camada es de dos crías (rango de 1 a 3), las que nacen después de un periodo de gestación de 100 días y son destetadas entre los 14 y los 18 meses, cuando se han desarrollado casi por completo. El cachorro dominante controla el acceso a la madre cuando amamanta, y cuando la leche escasea, puede matar a su hermana o hermano para mejorar sus propias posibilidades de supervivencia. Cuando los cachorros tienen entre 2 y 3 meses de edad, son transferidos a una madriguera comunitaria, donde todos son amamantados por cualquiera de las hembras.
 
   

 
En las zonas donde las hienas manchadas y los leones se solapan, las dos especies ocupan el mismo nicho ecológico, por lo que entran en competencia directa. En algunos casos, el grado de solapamiento de dietas puede ser tan elevado que alcanza el 68,8%. Los leones generalmente ignoran a las hienas, a menos que se encuentren en plena caza o están siendo acosados ​​por ellas. Existe una idea errónea de que las hienas roban las presas a los leones, pero lo más frecuente es que ocurra justo lo contrario: los Leones fácilmente roban las presas a las hienas. Es común entre los leones que subsistan de las presas que roban a las hienas; estos se apresuran a seguir las llamadas de alimentación de las hienas. En algunos casos, las hienas manchadas son lo suficientemente audaces para alimentarse al lado de los leones, y de vez en cuando pueden obligar a estos a abandonar su presa. Esto principalmente ocurre durante la noche, cuando las hienas son más audaces. Las hienas manchadas usualmente prevalecen contra grupos de leonas no acompañadas de machos si les superan en número a 4:1. Las dos especies pueden actuar agresivamente hacia la otra, incluso cuando no hay comida en juego. Los Leones pueden matar a las hienas o mutilarlas sin razón aparente; la depredación de león puede representar hasta el 71% de las muertes de hiena en Etosha. Las hienas manchadas se han adaptado a vivir con la presión de los leones que entran en su territorio.
 
En una África cada vez más superpoblada, las hienas y los humanos entran en contacto con frecuencia. De hecho, los Masai de Kenia y Tanzania dejan a sus muertos para que los devoren las hienas. Sin embargo, estos inteligentes y audaces animales, saquean despensas y cosechas, y se les achacan numerosas pérdidas de ganado e incluso de vidas humanas. En algunas regiones han sido objeto de intensas cacerías, ya que se les considera alimañas.


Guepardo o chita


  • Filo: Chordata
  • Clase: Mammalia

A. jubatus es la última superviviente de al menos cuatro especies de guepardos que vivieron en América del norte y del sur durante el Pleistoceno (desde unos dos millones de años hasta hace 10.000 años). Sutiles diferencias en sus pieles permiten distinguir habitualmente siete subespecies, aunque análisis de las proteínas de la sangre, sugieren que las diferencias entre algunas subespecies son triviales. En un tiempo A. jubatus gozó de una extensa distribución a lo largo de toda África y el suroeste de Asia, pero su distribución actual se encuentra confinada a la sabana y a las zonas de vegetación sudanosaheliana del sur del Sáhara. Una relicta población de 200 ejemplares sobrevive todavía en Irán y, posiblemente, en el noroeste de Afganistán.
 
   

 
Aunque no supiésemos que el grácil guepardo, con sus largas patas, es el mamífero terrestre más rápido que existe, su aspecto lo delata como un felino adaptado a la carrera. Su estructura esbelta, pero musculosa, le hace parecer delgado casi en exceso, y su cuerpo estrecho, de pecho ancho, le confiere toda la apariencia de un velocista consumado. El movimiento de las extremidades requiere un gran gasto energético, y tal y como cabe esperar, cuanto más largas son las patas, mayor es la velocidad que alcanza el animal.
 
El cráneo es pequeño y delicado, con el hocico corto, ojos en posición elevada, orificios nasales anchos y orejas pequeñas y redondeadas. Las uñas permanecen descubiertas incluso cuando están retraídas, lo cual mejora la sujeción del animal cuando gira o acelera con rapidez. El pelo es corto y áspero. Su piel ocre está cubierta de grandes y pequeños puntos negros y redondos que se extienden por todo el cuerpo. Algunos individuos de África central, llamados guepardos «reyes», tienen la piel muy manchada como consecuencia de la posesión genética de un par de alelos recesivos idénticos en el diseño de la piel.
No hay duda de que la función básica de la coloración es la de hacer críptico a este animal, enmascararlo entre la vegetación o contra el suelo. Debido a su incapacidad para resistir una prolongada persecución, le resulta de particular importancia acercarse a sus presas cuanto sea posible y sin ser descubierto antes de acometerlas. En el caso de los individuos jóvenes, la coloración críptica además, los hace menos vulnerables ante sus posibles depredadores.
 
El guepardo es un peso ligero, si se le compara con otros grandes felinos, pues los adultos pesan solamente entre 39 y 65 kg. La longitud de la cabeza y el cuerpo está entre 112 y 135 cm y la larga cola mide entre 66 y 84 cm.
 
El estilo de caza a la carrera, propio de esta especie, le obliga a vivir en zonas abiertas, con la cubierta vegetal mínima indispensable para acercarse sigilosamente a las presas. Se le halla, pues, en hábitats abiertos, desde semidesiertos a llanuras de hierba o matorrales.
 
Los machos comprueban si las hembras se encuentran en estro olfateando su región anogenital. Cuando la hembra todavía no está preparada, rechaza al macho con un golpe de la pata y le enseña los dientes. Llegado el estro, la hembra se volverá receptiva a las atenciones del macho. Los guepardos son polígamos. Terminada la cría de su anterior camada, la hembra buscará uno o varios machos que la fecunden
 
Las hembras pueden dar a luz hasta ocho cachorros, normalmente de tres a cinco, después de un periodo de gestación de entre 90 y 95 días en una guarida situada entre rocas, entre la vegetación alta o en una marisma. La hembra se ocupa de los cachorros sin que el macho intervenga en ningún momento. Las crías pesan al nacer entre 150 y 300 gramos y poseen un pelaje característico, de color gris claro y lanoso sobre la espalda, y negro en el vientre. A este pelaje se le han atribuido diversas funciones, pero probablemente la principal consiste en camuflar a los cachorros de los carnívoros, tales como leones y hienas manchadas, y contra rapaces, como las águilas marciales y las coronadas. El pelaje natal se pierde completamente a los cuatro meses de edad, justo el tiempo necesario para que los cachorros sean lo bastante fuertes y ágiles como para escapar de estos predadores. Si una madre pierde a su camada durante este tiempo, entrará en celo a los pocos días. Los cachorros son destetados a los 6 meses y abandonan a su madre entre los 13 y 20 meses de edad. Los hermanos pueden permanecer juntos durante varios meses más.
 
Los cachorros de guepardo son tan juguetones como los de las demás especies de felinos. Los juegos entre hermanos se componen de luchas, persecuciones, acechos y acosos, y hacen posible que los felinos aprendan las habilidades que necesitarán para la caza y la vida en sociedad cuando sean adultos. A veces las madres participan en estos juegos. Al alcanzar los tres meses de edad los cachorros empiezan a cazar diversos animales de su entorno. Las aves pequeñas, como los francolines, son el objetivo de la mayoría de las cacerías de estos grupos de jóvenes, aunque nunca consiguen atraparlos. A los 5 meses los cachorros comienzan a cazar pequeños carnívoros, en su mayoría chacales, pero hasta que alcanzan los 8 meses de edad, la mayoría de ellos acechan presas inapropiadamente grandes, tales como jirafas adultas o elans. De hecho, los cachorros son responsables de menos del 10% de las presas capturadas por la familia.
 
La mortalidad de los cachorros de guepardo es muy elevada durante los dos primeros meses de vida, pero los supervivientes son sacados de las guaridas a las 6-8 semanas de edad, y a partir de entonces acompañan a su madre.
 
Los guepardos emplean uno de los sistemas de reparto del territorio más extraño de entre todos los félidos. Las hembras adultas no parecen ser territoriales, pero evitan encontrarse. Varias hembras, emparentadas o no, pueden compartir grandes territorios superpuestos.
 
Los machos adultos procedentes de la misma camada, permanecen agrupados en ocasiones y defienden un pequeño territorio común; a veces los machos no emparentados se reúnen también en pequeños grupos. Al contrario de lo que sucede con otros felinos, los territorios de las hembras pueden ser más de cinco veces mayores que los de los machos.
 
El guepardo no puede rugir, a diferencia de las especies del género Panthera, en cambio, emite un sonido agudo muy parecido al de algunas aves, para hacer posible el encuentro con otros guepardos o con las crías en el caso de una hembra tras la caza.
 
Cazador diurno, el guepardo atrapa mamíferos de menos de 40 kg de peso, tales como gacelas, impalas, crías de ñu y liebres. Acecha a la presa hasta conseguir acercarse a unos 10 metros de ella, y después, se lanza en su persecución. Las carreras suelen durar unos 20 segundos, raramente sobrepasan el minuto, y recorren menos de 300 metros. Aproximadamente la mitad de las persecuciones terminan con la captura de la presa. Practican un acercamiento lento y concienzudo, seguido de un arranque repentino para atrapar a las presas alcanzando una velocidad máxima de 110 km/hora.
 
Son cazadores sigilosos y solitarios. El éxito de los ataques depende de que consigan sujetar a la presa con sus patas delanteras y propinarle un mordisco en la nuca o en la garganta. Consumen de preferencia las partes blandas del cuerpo de la presa, y, al contrario de la mayoría de los restantes carnívoros terrestres, no suelen completar su dieta con alimentos de origen vegetal.
 
La columna vertebral proporciona soporte al cuerpo, y al mismo tiempo, flexibilidad a sus movimientos. La parte de la columna vertebral que recorre la región del tronco (la zona situada entre las patas delanteras y las traseras) puede adoptar la forma de un arco tenso, gracias a los músculos ventrales, que son los que proporcionan la tensión precisa para mantener la columna arqueada. El cuello es más bien como una viga, provisto de una serie de músculos y ligamentos que se encargan de mantener la cabeza levantada. La cola es como otra viga, mucho más flexible, situada en el extremo opuesto del tronco, que puede alcanzar la mitad de la longitud de su cuerpo y le proporciona estabilidad en la persecución. Posee una vista privilegiada, que aprovecha para observar a sus víctimas desde la distancia, tumbado en un promontorio o subiéndose a un árbol. Es paciente y tranquilo; sabe escoger su presa y esperar el momento adecuado.
 
   

 
El guepardo posee una anatomía especializada para la carrera. Posee el mayor corazón en proporción a su tamaño de todos los felinos. Esto le permite bombear la sangre con más fuerza hacia todo su cuerpo. Sus pulmones y fosas nasales son muy amplios para absorber más oxígeno.
 
Los guepardos machos colocan marcas olorosas en los árboles que se sitúan dentro de su territorio. Depositan orina y frotan las glándulas productoras de sustancias olorosas sobre objetos diversos de su entorno, como el suelo, tallos de hierba, ramas bajas, troncos de árboles y piedras, utilizando así la comunicación química para transmitir información sobre su identidad, sexo y estado reproductor, así como para indicar la posesión del territorio. También frotan con frecuencia la barbilla y las mejillas contra los árboles que previamente han rociado con su orina. Mientras lo hacen depositan saliva, que, igual que la orina, contiene información química del individuo que la ha dejado.
 
A comienzos de los años 70 un estudio mostró que la población mundial de guepardos totalizaba tan sólo unos 14.000 ejemplares, cifra inferior a la estimación de 28.000 publicada 15 años antes. El guepardo todavía se encontraba ampliamente distribuido a lo largo de 25 países africanos, pero con bajas densidades de población; incluso en áreas protegidas, las densidades eran bajas comparadas con los leones y las hienas manchadas, probablemente como resultado de las altísimas tasas de mortalidad entre cachorros y muertes de adultos (como resultado de los combates intrasexuales).
 
El guepardo está clasificado como «en peligro de extinción», estando incluido en el Apéndice I (el cual incluye las especies amenazadas) de la Convención de Comercio Internacional de Especies Amenazadas (CITES). Se cree que la principal amenaza para su supervivencia en toda África es la invasión de su hábitat, provocada por la expansión de la agricultura hacia áreas tradicionalmente usadas para el pastoreo de ganado. Por regiones, la sofisticada caza incontrolada de las gacelas dama y dorca, desde vehículos, han contribuido al declive de los guepardos en el Sahel. En Namibia, a los guepardos se les mata legalmente como alimañas y su caza ya ha comenzado de nuevo en Zimbabwe. En África del sur y en el Cuerno de África, existe un comercio de pieles limitado.
 
Probablemente las únicas expectativas para la supervivencia del guepardo a largo plazo se encuentran en las áreas que cuentan con una protección efectiva, pero incluso allí, los guepardos están amenazados debido a las elevadas densidades de predadores.


Gran kudú o kudú mayor


  • Filo: Chordata
  • Clase: Mammalia

El gran kudú macho es uno de los antílopes más altos y de cuernos más largos. Una crin más clara que el pelaje del cuerpo se levanta sobre la espina dorsal de la nuca a la cola, y una melena en hilera, larga y angosta, de base negruzca y puntas blancas, crece en el centro de cuello y pecho. Como miembro del género Tragelaphus, presenta un claro dimorfismo sexual.
 
Los cuernos, en V, curvados con dos o tres giros en espiral, miden en promedio 1,7 metros. Los cuernos no comienzan a crecer hasta los 6-12 meses de edad, completando la primera vuelta a los 2 años, y no alcanzando las dos vueltas y media hasta los 6.
Es un antílope africano de gran tamaño, que habita sabanas y bosques abiertos (especialmente espinosos) del África austral y oriental. Prefiere los lugares resguardados al campo abierto, y en la estación seca, casi siempre se encuentra cerca de los ríos, donde la vegetación es más abundante.
 
   

 
Es el tercer antílope en cuanto a tamaño, solamente superado por las dos especies del género Taurotragus. Mide en promedio 2,20 m de longitud y 1,50 m de altura, y posee una cola de 45 cm de largo. El peso promedio es de 320 kg para los machos y 220 kg en las hembras.
 
Estos animales de cuerpo angosto y patas largas, presentan una coloración en ambos sexos roja o marrón, con un matiz gris; poseen entre 6 y 10 franjas blancas en el cuerpo, destacando especialmente la característica familiar de la mancha blanca debajo de los ojos que tienen todos los antílopes, y que se denomina «jeroglíficos». La cabeza es más oscura. El manto les permite esconderse con facilidad en el terreno, y camuflarse con el entorno vegetal con enorme facilidad. Estos antílopes buscan mejor la defensa en su quietud, buscando la sombra de arbustos y matorrales, donde pasan desapercibidos, antes que ponerse a correr.
 
Son animales que siempre están alerta y que poseen un oído extraordinario, acompañado de unas enormes orejas que funcionan como increíbles antenas receptoras de sonidos, lo que les proporciona una extraordinaria capacidad auditiva. Su vista, aunque no es muy buena, les permite distinguir dentro de la maleza y entre las ramas el movimiento de las sombras con enorme facilidad.
 
Tienen hábitos nocturnos y se alimentan de hojas, ramas tiernas, flores, frutas, hierbas y tubérculos.
 
A la carrera no son demasiado resistentes, pero son magníficos saltadores, pudiendo alcanzar hasta los dos metros de altura. Al correr lo hacen de forma pesada y parecen faltos de agilidad, pero desarrollan gran velocidad.
 
Los machos tienen una vocalización más variada, que consiste en gruñidos bajos, zumbidos, cloqueos y jadeos.
 
Las hembras forman grupos de hasta 6 ejemplares, al igual que los machos, excepto cuando compiten durante la temporada de reproducción. El rebaño puede abarcar extensiones de 6-7 km, y pasar un 54% del tiempo buscando alimento.
 
Los machos maduros a menudo luchan entre ellos con sus cuernos entrelazados, hasta que uno admite la derrota. En circunstancias excepcionales, estas luchas pueden dar lugar a que los rivales sean incapaces de liberarse de los cuernos del otro, lo que resulta por lo general en la muerte de los animales.
 
La temporada de apareamiento se produce al final de la temporada de lluvias, que puede oscilar ligeramente en función de la región y el clima. Antes del apareamiento, hay un ritual de cortejo. El macho se mantiene en las proximidades de la hembra emitiendo una llamada de tono bajo, hasta que la hembra le permite copular con ella. La gestación dura alrededor de 240 días (ocho meses). La época de parto generalmente comienza entre febrero y marzo, cuando la hierba tiende a estar más alta. Normalmente dan a luz una sola cría, aunque en ocasiones pueden ser dos. Durante las primeras dos semanas de vida del becerro, éste permanecerá oculto de los predadores. A partir de las cuatro o cinco semanas, acompañan a la manada durante el día. Los machos son autosuficientes a los 6 meses de edad, las hembras entre los 1 y 2 años. Alcanzan la madurez sexual entre los 1 y los 3 años de edad.
 
Pueden vivir hasta 20 años cuando se mantienen en cautiverio.
 
   

 
Se han descrito las siguientes subespecies:
 
- Tragelaphus strepsiceros strepsiceros
- Tragelaphus strepsiceros bea
 - Tragelaphus strepsiceros burlacei
- Tragelaphus strepsiceros chora
- Tragelaphus strepsiceros zambesiensis
 
Durante muchos años, el gran kudú fue presa de los cazadores, para quienes representaba una fuente de carne y uno de los mejores trofeos que se podían capturar en el África salvaje. A pesar de ser una de las presas principales de los leones, los leopardos, los licaones y las hienas manchadas, la población de kudús sigue creciendo.
 
Este antílope no rehúye los asentamientos humanos y se ha convertido en una especie de plaga, ya que destroza las cosechas y se come la fruta, las flores y las hierbas aromáticas.
 
El gran kudú está clasificado como de «Preocupación Menor» (LC) en la Lista Roja de la UICN.
 

Gerenuc o gacela-jirafa


  • Filo: Chordata
  • Clase: Mammalia

El gerenuc, también conocido como «gacela de Waller», es un mamífero artiodáctilo de la familia Bovidae, que habita en las sabanas del África oriental.
 
En la lengua somalí gerenuk  significa «cuello de jirafa».
 
   

 
La gacela jirafa tiene el cuello y las patas muy largas y esbeltas. Puede curvar su espina dorsal en forma de S, equilibrando su peso sobre las patas traseras, con el fin de permanecer en posición vertical por largos periodos, lo que le permite ramonear a una altura mayor que los demás herbívoros de similar tamaño en tierras boscosas abiertas y matorrales esparcidos.
 
Vista de frente, su cuello (más musculado en los machos), cabeza y largo hocico (en forma de cuña), son muy angostos, así puede husmear en las acacias y otros follajes espinosos. Usa su lengua larga y puntiaguda, sus labios móviles e incisivos afilados para arrancar y mordisquear las hojas más pequeñas. La cabeza del gerenuk es pequeña en relación a su tamaño, pero sus ojos y orejas son grandes.
 
Su color es principalmente ante rojizo, con una banda ancha  y oscura a lo largo del lomo y parte superior, y blanco en el abdomen, cuello, mentón, labios y alrededor de los ojos; mientras que la cola corta es negra y en forma de penacho.
 
Sólo el macho posee cornamenta, la cual presenta muchos anillos. Los cuernos miden 35 cm, y son relativamente gruesos y curvos.
 
Como muchas otras gacelas, los gerenuks poseen glándulas preorbitales frente a sus ojos, que segregan una sustancia olorosa similar al alquitrán, la cual depositan sobre ramas y arbustos para marcar su territorio. También presentan glándulas de olor en sus rodillas, las cuales están cubiertas por mechones de pelo, así como en las grietas de sus pezuñas.
 
Las unidades sociales son parejas de macho-hembra o grupos pequeños de un macho con 2-4 hembras y sus crías. Sólo se aparean los machos que mantienen un territorio y lo hacen, aproximadamente, a partir de los 3 años de edad.
 
Los más jóvenes forman rebaños de solteros, si bien uno de ellos puede acoplarse a la periferia de una manada de hembras, en tanto que las hembras ocasionalmente pueden ser solitarias.
 
Cuando está lista para dar a luz, la hembra deja el grupo y se dirige a un lugar apartado. Tras dar a luz, lame a la cría para limpiarla y comerse la placenta, posiblemente por los nutrientes que posee y para evitar que el olor atraiga a los depredadores. El estar adaptados para alimentarse de plantas que se encuentran todo el año, permite a los gerenuks criar durante todo el año en lugar de sólo antes de la temporada de lluvias, como sucede en los animales que se alimentan de pasto.
 
Durante su primera semana se vida, o hasta que pueda ir al paso de los adultos, la cría de gerenuk pasa su tiempo escondida entre los arbustos mientras su madre lo alimenta. Ella vuelve con la cría 3 o 4 veces al día para amamantarla, y limpiar o comer cuidadosamente sus desechos para no dejar rastros de olor. Las hembras gimotean suavemente para comunicarse con sus crías.
 
El gerenuk es otro ejemplo de una especie adecuándose a un nicho especializado en un ecosistema complejo. A pesar de que algunos animales compiten por la misma comida, muchas de las diferentes especies vistas juntas no se alimentan de las mismas plantas, o las comen en diferentes estadios del desarrollo o a diferentes alturas.
 
Se alimentan a distancias más altas del suelo que otras gacelas y muchos antílopes, manteniéndose levantados sobre sus patas traseras, con sus largos cuellos extendidos, para ramonear arbustos altos. Aunque otras gacelas pueden también levantarse sobre sus patas traseras, pero el generuk es el único que puede mantenerse en esta posición e incluso caminar una cierta distancia en esta posición.
 
Utilizando sus patas delanteras para bajas ramas más altas, pueden alcanzar hojas de 6 a 8 pies del suelo. Las hojas más tiernas y retoños de arbustos espinosos y árboles conforman la mayor parte de su dieta, junto con una nutritiva mezcla de insectos, flores, frutas y enredaderas. No comen pasto, ni requieren agua, ya que reciben suficiente líquido de las plantas de las que se alimentan. Pueden sobrevivir en zonas secas de arbustos espinosos y hasta en desiertos.
 

   

 
 
Se han descrito las siguientes subespecies:
 
- Litocranius walleri walleri
- Litocranius walleri sclateri
 
Por suerte, este animal tan curioso a la vez que bello todavía no ha entrado a formar parte de la lista roja como especie amenazada, pero ya se encuentra entre los clasificados como «riesgo bajo, dependiente de conservación».


Reptilia

Los reptiles son vertebrados con piel escamosa, seca, queratinizada y gruesa. La piel es mudada periódicamente. Algunas son netamente terrestres y otros pueden estar constantemente en el agua. Su respiración es únicamente vía pulmonar.
Existen 9,547 especies de reptiles en el mundo. En México se han descrito 872 especies de reptiles  y se considera como el segundo país con diversidad más alta de este grupo después de Australia.
Los reptiles se clasifican en cuatro órdenes: Cocodrilos (Crocodylia), Lagartijas y Serpientes (Squamata), Tortugas (Testudines) y Tuátaras (Sphenodontia). De estos cuatro, los tres primeros están representados en México.
De las 23 especies de cocodrilos del mundo, cuatro especies se han registrado en México: dos cocodrilos y dos lagartos.
De las 395 especies de serpientes registradas en México, la gran mayoría son culebras (Colubridae).
Siete de las ocho tortugas marinas del mundo, viven y anidan en México. La tortuga lora (Lepidochelys kempi) solamente anida en México.


Geco africano de cola gruesa


Geco africano de cola gruesa


  • Filo: Chordata
  • Clase: Reptilia

Los gecos y los lagartos serpiente son lagartijas pequeñas, vocales y por lo general nocturnas. Algunas son ágiles escaladoras, capaces de encontrar alimento en superficies lisas, verticales o invertidas, incluidos troncos de árbol, superficies de roca, muros y techos.
 
Los gecos son lagartijas cosmopolitas, que se encuentran en la mayoría de los países tropicales y subtropicales y en muchas islas oceánicas. Este grupo también incluye dos tipos de lagartijas sin piernas que sólo se encuentran en Australasia.
 
El geco africano de cola gruesa está distribuido por el noroeste de África, de Senegal al norte de Camerún, donde habita en las sabanas, en las laderas rocosas o en las riberas de los ríos, escondiéndose durante el día en madrigueras, y alimentándose activamente de insectos durante la noche. Estiva durante las temporadas secas.
 

   

 
 
El nombre de esta especie le viene dado por el tamaño de la cola, muy gruesa respecto a los lagartos típicos. La cola, además de sistema defensivo (pueden separarla del cuerpo si se ven atacados por algún depredador, como medida de distracción que les permita huir), la utilizan como un órgano para almacenar alimento. Les sirve como reservorio de grasa para poder soportar con facilidad las duras condiciones ambientales de las zonas donde viven. Cuando el animal está bien alimentado, su cola se engrosa.
 
La cola posee escamas caudales dispuestas en espirales. Su cola se desprende con gran facilidad, y aunque se regenera con igual rapidez, las colas regeneradas difieren de las originales tanto en la forma como en el color. Con gran frecuencia las colas regeneradas de los gecos de cola gruesa presentan una configuración bulbosa o en forma de nabo, poseen una escamación irregular y son de un color más pálido.
 
Esta especie también recibe el nombre de «gecko de dos cabezas». Se utiliza esta denominación porque, cuando se sienten amenazados, mueven la cola para distraer la atención de los posibles depredadores, y ésta se parece mucho a la cabeza por su forma y grosor.
 
Esta lagartija de hábitos terrestres, tiene el cuerpo rechoncho, sobre el que presenta numerosos tubérculos, pero la piel tiene un tacto similar a la del terciopelo. El color del cuerpo es marrón más o menos oscuro (muy variable según los ejemplares, siendo algunos casi negros y otros color arena o anaranjado), con bandas transversales más oscuras. Muestran una coloración de tonalidades más brillantes y dibujos más realzados cuando son jóvenes, pero los adultos conservan igualmente el diseño de bandas. Un ejemplar de coloración nada común del geco de cola gruesa posee una ancha raya blanca medio dorsal en la cabeza y el cuerpo.
 
La cabeza es relativamente grande, ancha y plana, del mismo color del cuerpo. Los machos tienen una protuberancia en la base de la cola. Sus ojos son oscuros, grandes, con pupilas verticales y párpados que le permiten protegerlos contra el polvo y otros factores externos.
 
Los gecos se han difundido con éxito, en parte porque sus huevos son resistentes, de cáscara dura y pegajosa, para poder adherirse a los árboles caídos y desechos a la deriva. Ponen los huevos en pares. Con frecuencia las hembras los dejan bajo alguna corteza de árbol suelta, en la grieta de una roca o en madrigueras en la arena o en el suelo. Muchas hembras pueden utilizar un nido común, el cual puede contener varias docenas de huevos en proceso de incubación, así como restos de huevos eclosionados. Demuestran dependencia de la determinación del sexo según la temperatura; los machos nacen a temperaturas altas (sobre los 31 grados) y las hembras a temperaturas inferiores.
 
Es un animal tímido con un promedio de vida de 25 años aproximadamente. Alcanza una longitud de 15 a 25 cm. como máximo.
 
Estos geckos presentan algunas diferencias morfológicas respecto a los geckos típicos, como que tienen párpados móviles y no poseen las almohadillas adhesivas que les sirven para trepar, lo que los hace de alguna manera más torpes y les obliga a merodear sobre todo por el suelo.
 

  
Producen un grupo de sonidos que utilizan para atraer a las hembras o para defender su territorio. La vocalización es un método efectivo para que los animales nocturnos como éstos se comuniquen.


 

Ganga de cara negra


  • Filo: Chordata
  • Clase: Aves

Estas aves de intrincados diseños, pasan gran parte del tiempo en el suelo, donde se mimetizan bien y se camuflan perfectamente para fundirse con su hábitat en regiones de sabana árida, pastos secos desérticos y semidesérticos, y praderas de arbustos. Rara vez se las ve, salvo cuando se reúnen en grupos de decenas, centenares o miles de individuos, que vuelven a las charcas para beber temprano por la mañana o al atardecer. Las gangas necesitan beber cada 2-3 días, tal vez un día sí y uno no, o incluso dos veces diarias en tiempo cálido.
 
Aunque se parecen al gallo de bosque o urogallo y a las palomas, su semejanza es sólo superficial.
 
La ganga de cara negra presenta un plumaje moteado. Su plumaje es denso, con el cuerpo cubierto completamente de una gruesa capa subyacente de plumón oscuro. Es una característica poco frecuente, ya que la mayoría de las demás especies de aves, poseen líneas diferenciadas de plumas en el cuerpo, separadas por zonas de piel desnuda. Este plumón aísla a las gangas de las temperaturas extremas que se dan en su hábitat entre el día y la noche, y entre el invierno y el verano. Incluso la base del pico tiene plumas para proteger las narices de la arena y el polvo que levanta el viento.
 
   

 
Los tonos del plumaje son principalmente apagados, amarillentos, ocres o pardos, con una característica marca negra en la base del pico y parte del cuello. Los machos suelen presentar cintas o manchas, con bandas negras, blancas o castañas en el pecho. Las hembras son generalmente ocres o amarillentas, con franjas y cintas negras. Este dimorfismo sexual es acusado e invariable. Las plumas centrales de la cola son muy largas.
 
Al igual que el urogallo, posee una cabeza pequeña, cuerpo rechoncho y plumas en sus patas. El cuello es grueso y las patas cortas. Pese a sus patas cortas y emplumadas, las gangas pueden andar y correr bien. Las patas están provistas de 3 dedos delanteros anchos y robustos que distribuyen uniformemente el peso y les permiten caminar con eficacia sobre la arena suelta. Está presente el dedo trasero, pero es muy pequeño, apenas levantado del nivel del suelo, y sólo la parte delantera de los tarsianos está emplumada.
 
Alcanzan una longitud de 25-48 cm y un peso de 150-650 gramos.
 
Emiten llamadas suaves, silbantes o entrecortadas en frases de dos o más sílabas, normalmente mientras vuelan, que son muy características de esta especie.
 
Se alimentan principalmente de pequeñas semillas con un contenido en proteínas relativamente alto (en particular leguminosas) y un bajo contenido en agua (menos del 10% como norma). Toman la comida mientras andan a pasos cortos, picoteando frecuentemente con su corto pico de color anaranjado. Tragan arena para romper las semillas en la molleja. También comen pequeños bulbos, hojas verdes, bayas e incluso insectos (termitas y hormigas) y pequeños moluscos, sobre todo en la temporada de cría.
 
Se alimentan durante la mayor parte de las horas de sol, y sólo descansan en el calor extremo del mediodía en verano, por lo común a la sombra de un arbusto.
 
Pueden volar unos 80 km hasta llegar al agua, a una velocidad de unos 70 km/h. Estas aves cantan mientras vuelan camino de las charcas de agua. Cuando alcanzan tierra van corriendo velozmente hasta el agua, ingiriendo unos diez tragos y levantando la cabeza tras cada uno de ellos. Esta tarea puede llevarles unos 10 o 15 segundos, pero si están presentes los dos miembros de la pareja, el primero en terminar espera al otro antes de reemprender el vuelo. Las gangas no beben, por lo general, aguas con un contenido en sales superior al 40%, ya que sus riñones están débilmente adaptados a la excreción de altas concentraciones salinas. Además, a diferencia de la mayoría de aves de litoral, carecen de una glándula salina para excretar el exceso de sal.
 
A altas temperaturas (por encima de los 37 grados), las gangas suelen permanecer inactivas, buscan la sombra y dejan de comer, agachando las alas y separándolas bien del cuerpo para aumentar la pérdida de calor. Por la tarde, las aves pueden bañarse en polvo y preparan hoyos en el suelo para descansar, que pueden usar durante varias noches seguidas.
 
Viven en una misma zona todo el año o son «nómadas», en el sentido de que vagan por ámbitos extensos dependiendo de la disponibilidad de agua y alimento en su árido e impredecible hábitat.
 
Estas aves son monógamas, pero no muy territoriales, de manera que pueden formar pequeñas colonias. El cortejo implica bailes levantando la cola o agachando la cabeza, semejantes a las exhibiciones de amenaza. La hembra empolla normalmente durante el día y el macho por la noche. Los huevos han de tolerar temperaturas relativamente altas, ya que en el suelo, éstas pueden alcanzar los 50 grados.
 
Construyen sus nidos haciendo un simple hoyo en terreno abierto o en un arbusto, piedra o mata de hierba, a veces cubierto escasamente con pedazos de plantas secas o con piedrecitas. Los huevos son alargados y redondeados uniformemente en ambos lados; color crema claro, grisáceo, con manchas, puntos o moteados marrones y grises. El periodo de incubación es de 21-31 días, la permanencia en el nido es de cuatro semanas.
 
Los pollos cubiertos de plumón dejan el nido en cuanto el último en eclosionar está seco. No son alimentados por los padres y empiezan a comer pequeñas semillas horas después de salir del cascarón. Los movimientos de picoteo de la madre les indican dónde están las semillas. Aunque el número de huevos suele ser de tres, por lo general uno de los pollos muere pronto.
 
Las crías revolotean al cabo de unas cuatro semanas, pero reciben el agua del padre durante al menos otro mes más, cuando ya vuelan lo suficiente para acompañar a sus progenitores hasta la charca. Las plumas ventrales del macho poseen una estructura única que les permite retener cantidades relativamente grandes de agua en sus superficies internas, donde la evaporación es mínima. Las bárbulas de la parte central de cada pluma ventral están arrolladas en hélice cuando permanecen secas, y se ajustan al estandarte de la pluma, fuertemente enrolladas para dar a la pluma su cohesión estructural. Al mojarse, las bárbulas se desenrollan y pasan a formar un ángulo recto con el estandarte, constituyendo un denso lecho de pelo de 1 mm. de profundidad, que retiene el agua como una esponja. Emplean este mecanismo de transporte del agua, así se evita que el macho pudiera agotar sus aportes internos de agua, como sucedería si tuviera que regurgitarla del buche para dar de beber a los pollos.
 
En temporada de cría, los adultos vuelan al agua por separado, primero la madre y después el padre, de manera que los pollos no quedan sin vigilancia hasta que tienen unas tres semanas. Los pollos alcanzan la madurez  sexual al cabo de un año.
 
Las gangas son vulnerables a la predación por su costumbre de descender en grandes bandadas para beber en las charcas en horas predecibles de la mañana o del atardecer. Se cuentan entre las presas favoritas de las rapaces, sobre todo del halcón borní (Falco biarmicus), que caza principalmente en las charcas, así como de mamíferos carnívoros como zorros, chacales y mangostas, a las que son especialmente vulnerables cuando anidan. Los pollos están expuestos, asimismo, a las aves depredadoras, como cernícalos y cuervos.
 

   

 
 
Ya no son tan demandadas para la caza como antaño. Las deficientes prácticas agrícolas, agravadas por la sequía, pueden estar ampliando la extensión de su hábitat. Las condiciones para la ganga han mejorado indudablemente gracias a la actividad humana, por lo que no se consideran amenazadas.
 
Se conocen tres subespecies:
 
- P. d. decoratus – Sureste de Kenya y este de Tanzania
- P. d. ellenbecki – Noreste de Uganda y norte Kenya, Etiopía y Somalia
- P. d. loveridgei – Oeste de Kenya y Oeste de Tanzania


Gálago sudafricano


  • Filo: Chordata
  • Clase: Mammalia 

Más primitivos que los monos y los simios, los prosimios reúnen a los lémures de Madagascar; los gálagos y los potos de África, y los lorises de Asia.


 
El gálago sudafricano o gálago moholi, también es denominado «bebé de los arbustos menor». Se le encuentra desde el este de la República Democrática del Congo y sur de Tanzania, hasta Sudáfrica, abarcando también Angola.
 
Habita en las sabanas, donde crecen las acacias, y en los márgenes de los bosques.
 
Salta verticalmente con enormes saltos de 5 metros, y sus manos y pies prensiles, son por lo regular humedecidos con orina para mantener el agarre.
 
Captura insectos en el aire con la mano, o raspa goma de los árboles con sus dientes delanteros inferiores como los de un peine.
 

   


 
 
Los prosimios tienen el hocico negro, como el de los perros, y el sentido del olfato mucho más desarrollado que el de otros primates. Poseen cuencas oculares grandes y una capa cristalina detrás de la retina del ojo, la que refleja la luz. Esto aumenta la cantidad de luz que se refleja en las células visuales, y mejora la visión nocturna. Las órbitas oculares de estos animales son negras con forma de rombo.
 
Sus manos y pies están adaptados para agarrarse (aunque son menos diestros que los monos y los simios). Tienen uñas planas en todos los dedos, con excepción del segundo dedo del pie, que cuenta con una garra larga («garra de limpieza»). Poseen un «peine dental», compuesto por entre 4 y 6 dientes incisivos inferiores, los que presionan y se proyectan ligeramente hacia adelante. Dicho «peine» se usa para el acicalamiento mutuo. Las patas traseras son grandes.
 
Su pelaje es marrón grisáceo en la mayor parte del cuerpo, siendo más amarillento en las extremidades y el vientre. Sus ojos son de un tono anaranjado y están rodeados por una máscara oscura de piel.
 
De tamaño intermedio entre una rata y una ardilla, el gálago sudafricano alcanza una longitud de cabeza y cuerpo de 15-17 cm; la cola mide de 12 a 27 cm, y su peso oscila entre los 150 y los 250 gramos. Los machos son más grandes que las hembras.
 
Este animal de hábitos nocturnos, se alimenta de la savia de los árboles y de pequeños invertebrados.
 
Viven en pequeños grupos familiares, que duermen apiñados durante el día.
 
El período de gestación es de 121 a 124 días. Se les estima una longevidad de 16 años.
 
Se reconocen dos subespecies:
 
- Galago moholi moholi
- Galago moholi bradfieldi

Zorro orejudo u otoción


  • Filo: Chordata
  • Clase: Mammalia

as enormes orejas, largas patas y una cara pequeña con hocico puntiagudo, son las características principales del zorro orejudo, también conocido como «zorro de orejas de murciélago».
Sus dientes también son muy inusuales; son mucho más pequeños que los de un cánido común, y con hasta 8 molares extra; pueden llegar a sumar 48 piezas, más que cualquier otro mamífero no marsupial.

 

Su dieta principal consiste en insectos, especialmente termitas y escarabajos del estiércol. El 80-90% de su alimentacióm la componen las termitas. También se alimentan de hormigas, grillos, saltamontes, polillas, ciempiés, escorpiones, arañas y aves, y en raras ocasiones consumen pequeños mamíferos y reptiles. La ingesta de insectos les aporta la mayor parte de la cantidad de agua que precisan.
Los hábitos sociales y de reproducción son muy parecidos a los del zorro, esto es, viven principalmente en parejas con sus crías, y marcan su territorio (de 1 a 10 kilómetros cuadrados) con orina, heces y el olor de sus glándulas anales y de otro tipo. También pueden organizar grupos de un solo macho y múltiples hembras, pero únicamente las hembras mayores procrean.
Alcanza una longitud de 40-68 cm; la cola mide de 23 a 34 cm. El peso oscila entre los 2 y los 4,5 kg.
Existen dos núcleos de población diferenciados: uno en el este de África, desde Somalia hasta el Gran Valle del Rift y Tanzania, y el otro al sur del continente, desde el Cabo de Buena Esperanza hasta el sur de Angola. Ambas poblaciones se separaron al final de la última glaciación, cuando el clima de los actuales Mozambique y Zambia se volvió más húmedo. Así mismo, se han encontrado restos fósiles del Pleistoceno que indican una presencia primitiva en Egipto y el sur de Asia.
Debido al ambiente seco y cálido donde habita (sabanas, estepas y semidesiertos), el pelaje es corto en todo el cuerpo, salvo en la cola, donde se espesa. El extremo de ésta, al igual que la parte inferior de las patas y orejas, el morro y la cara, es de color negro. El resto del cuerpo es pardo-grisáceo, tornándose amarillento o blancuzco hacia la zona ventral, garganta y cara interna de la cola y las patas.
Sus grandes orejas le permiten localizar los pequeños invertebrados que conforman la mayor parte de su dieta. Una vez encontrados éstos, el animal excava rápidamente y comienza a comerlos sin preocuparse de sus mordiscos o picotazos, ya que su pelaje es lo suficientemente denso como para mantener a raya incluso a las voraces termitas africanas. Otras adaptaciones a la dieta insectívora son sus afilados y numerosos dientes y la peculiar estructura muscular de la mandíbula, que le permite masticar cinco veces por segundo, triturando cualquier insecto que captura antes de que pueda escapar.
La especie es predominantemente monógama, siendo frecuente ver familias formadas por una pareja con los cachorros de su última camada. No obstante, se han observado grupos polígamos. Las crías nacen tras dos meses de gestación en una madriguera subterránea, expresamente excavada por los padres, o bien modificada a partir del refugio abandonado de otro animal.
A diferencia de otros cánidos, los zorros orejudos tienen una inversión de roles; el macho asume la mayor parte de las tareas y cuidados parentales. Las camadas se componen de 1 a 6 cachorros. Más allá de la lactancia, que dura de 14 a 15 semanas, los machos se hacen cargo de la preparación, defensa, se acurrucan con ellos, acompañan y transportan a los jóvenes. Se ha comprobado que el grado de asistencia y atención del macho, guarda una correlación directa con las tasas de supervivencia de los cachorros.
Es de hábitos nocturnos, aunque suele exponerse al sol durante las primeras horas del día. Usas sus guaridas tanto para el cuidado de las crías, como para refugiarse de las temperaturas extremas y los fuertes vientos.

  
Para escapar de los depredadores, el zorro orejudo juega con la ventaja de su velocidad y una increíble capacidad de esquivar. Tienden a permanecer cerca de las manadas de cebras, búfalos y otros mamíferos grandes que atraen a los insectos, escuchando atentamente con sus largas orejas.
El zorro orejudo no se considera una especie amenazada, aunque puede estar ausente en algunas zonas donde ha sido cazado por su piel a gran escala. La piel es especialmente demandada en las principales ciudades de Botswana.


Topo dorado del Cabo


  • Filo: Chordata
  • Clase: Mammalia

Los insectívoros: estos mamíferos pequeños, en su mayoría nocturnos, tienen una dieta que consiste principalmente en invertebrados, como insectos, arañas y gusanos. La anatomía de estos animales difiere de acuerdo con la especie y el estilo de vida, pero generalmente sus ojos y orejas son pequeños y el hocico largo, delgado y móvil, con 5 dedos con garras en cada pata y dentadura muy primitiva. Unos son terrestres, como los erizos; otros, como los topos, están adaptados para horadar, y algunos son semiacuáticos, como el tenrec palmípedo.


Los topos dorados africanos (crisoclóridos) forman una  familia separada de los otros topos (talpidos).
El topo dorado del Cabo tiene el pelaje corto, suave, tupido y lustroso, típico de los topos, que puede ser de color oliva, marrón o gris, según la dirección de la luz. Es un animal compacto y redondo.
En la zona de las mejillas el pelaje se vuelve de color pajizo. Posee unas patas rosadas, con enormes uñas en las delanteras, y un escudete frontal liso, de color rosado.
A pesar de su nombre, el topo dorado del Cabo no es originario de Asia, sino que es endémico de una diminuta zona en el oeste de la provincia de El Cabo, en Sudáfrica. Se encuentra principalmente en zonas de sabana.


Su hocico posee un cojinete de nariz sin pelo, sus ojos, diminutos, están cubiertos por la piel; las orejas son minúsculas también, y cada pata posterior tiene dos garras cavadoras. Todas éstas son adaptaciones para su vida en túneles.
Alcanza una longitud de 9-14 cm, su peso no se ha registrado. Carece de cola.
Es solitario, y come gusanos, larvas y otras criaturas del suelo que encuentra mientras excava, o que han caído dentro de sus túneles más usados.
Se ha comprobado experimentalmente que un topo dorado adulto es capaz de levantar un peso de nueve kilos sólo con la cabeza.